La masonería del Ariguanabo

Los doctores Domingo Garbalosa y Pedro Garzón fueron los que comenzaron en San Antonio de los Baños la doctrina masónica y a interesar a los tabaqueros. En 1878 se organizó la logia en el Ariguanabo por un familiar del doctor Manuel Cepero.

Los cubanos tuvieron que reunirse secretamente en el Casino Español, en la casa del médico Manuel Cepero en Martí y Parque. Luego frente al círculo antiguo casa del dentista doctor Prudencio Fernández. Para formar la logia en la Villa bajo la obediencia soberana de la Gran logia de la Isla de cuba se eligieron provisionalmente a Carlos Cepero como presidente, Secretario Rudiscinto Carranza.

En la primera sesión ordinaria se acordó darle nombre de “Luz de Ariguanabo” y el sello de la misma, esta cita tuvo lugar el 20 de enero de 1879. El  poblado de verada comenzó primero las sesiones de esta institución.

La logia luz de Ariguanabo fue el crisol de donde surgieron las luminosas ideas del engrandecimiento de la Villa en todas las órdenes. En Cuba la masonería también cuenta con un pasado ilustre, indisolublemente ligado a la formación misma de la nacionalidad y en sus filas militaron los hombres que luego lucharon por la independencia del país entre sus miembros contó con José Martí y Antonio Maceo. La masonería no es una organización política, aunque en ocasiones sus miembros fueron perseguidos por causas políticas. Tampoco es una secta religiosa, aunque sus adeptos confiesan una fe absoluta hacia sus principios.

El artículo primero, inciso I de la Constitución Masónica Cubana declara que «La masonería es la institución orgánica de la moralidad», la moral entendida como el respeto a sí mismo y a la sociedad en la que se asienta, y este criterio representa la aspiración a un estilo de vida por el que deben distinguirse los masones, no sólo dentro de la fraternidad, sino también en cualquier medio donde se encuentre.

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